lunes, 23 de junio de 2008

Información Jerez - Opinión

Elecciones en la Albarizuela

Tengo para mí -y no es que quiera dármelas de nada- que bastantes, o al menos algunos, de mi generación no sólo nos vinimos de la capital hispalense -la madre y maestra en lo que a cofradías se refiere, le pese a quien le pese- con una licenciatura, académicamente hablando, sino con otra más: la de las cofradías. Y es que echando la vista atrás (o consultando si quieren las guías de Paullada que tanto bien hacen para la Archivística e Historia local) a finales de los setenta, los ochenta, e incluso en algunas hermandades bien entrados los noventa, en nuestro Jerez cofrade no había más cera que la que ardía en lo que al pleno de hermanos mayores se refiere. Preciso: al menos dando un breve repaso general a las juntas de gobierno, en la que voy a omitir nombres para no herir sensibilidades. Pero es que era así. Nos salvaban el programa radiofónico de más nivel, Carrera Oficial -hoy decano- y por supuesto cofrades íntegros que gracias a Dios siempre han existido, aunque por lo mismo, incomprendidos, visionarios de una juventud cofrade de aquella época que hasta hoy no está dando los frutos que se esperaban. Y pare usted de contar. Por eso, y puede que con parte de razón, desde otros grupos de la misma Iglesia se nos ha considerado -incluso por sacerdotes- cristianos de segunda. Y por eso yo discrepaba y me reía para mis adentros cuando algunos que hoy se dedican desde los medios a la salsa rosa cofradiera trataban de defender absurdamente que sin las cofradías la Iglesia no podía subsistir. Vamos, que era como decir que Cristo fundó las cofradías y a partir de ahí surgieron otros movimientos eclesiales. Afortunadamente, a día de hoy se puede afirmar que en la práctica totalidad de nuestras corporaciones ya hay al menos un puñadito de cofrades que si no cuentan ya con esa licenciatura cofrade, les quedan pocas asignaturas para obtenerla, porque han sabido trascender, tener una más amplia visión de nuestra fe católica y la Religiosidad Popular, reconociendo que este apasionante mundo no acaba en nuestra ciudad y mucho menos en nuestra propia cofradía.Y es por eso que me alegra que uno de los candidatos a las elecciones de la Hermandad de la Coronación de Espinas -que tendrán lugar, Dios mediante, este próximo miércoles- pertenezca a esta casta de licenciados. Se trata del doctor (vamos bien, si queremos tomar ejemplo de Sevilla en la que no se entiende un hermano mayor que no sea abogado, médico, economista o al menos de una profesión liberal, además de un cristiano comprometido) Javier Lucena Ortega. Él podría, además -aunque no lo haya hecho haciendo honor a una humildad que le honra- alardear de su personal amistad con pesos pesados de las cofradías de Sevilla y de su Hermandad del Silencio, como los Delgado-Roig o los Ybarra, o presumir de saga familiar en La Coronación, su hermandad de toda la vida, en la que está integrado en su día a día y en la que hasta ahora ha ocupado el cargo de consiliario en la última legislatura a la que hay que reconocer una gran labor, con muchas más luces que sombras (según cuenta el hermano de la cofradía Raúl Lebrero en un artículo que lleva por título Papeleta de su página web www.sillonrojo.es ).Javier ha sabido adaptarse a los tiempos ofreciendo a todos los hermanos de la hermandad su ilusionante, eclesial y pragmático programa con la accesibilidad propia de las nuevas tecnologías, y por ello ha abierto su propia página web www.candidaturajavierlucena.com , en la que incluye, además del programa, los miembros de su candidatura con foto incluida -por lo que se puede comprobar que son todos hermanos de probada solvencia, los que suelen acudir con asiduidad a los actos y cultos- interesantes artículos, cartas de apoyo y noticias concernientes al desarrollo de su proyecto. Ojalá los hermanos de la Albarizuela valoren en su justa medida lo que les ofrece este hombre que va a significar un antes y un después en lo que a los procesos electorales en Jerez se refiere. Ernesto Romero del Castillo.

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